sábado, 18 de agosto de 2012

Comidas callejeras del mundo

Un recorrido por algunas de las más sabrosas comidas populares del globo terráqueo. 


Allá donde fueres, haz lo que vieres... ah, divina frase, divina actitud, divina filosofía... Cuando viajas puedes practicarla en diferentes áreas o aspectos sociales pero la forma máxima de aplicarla, el súmmum, en mi opinión, está en los alimentos, en la comida,  en la cocina.... Al mismo tiempo que disfrutas y saboreas cultura gastronómica ancestral, te adaptas y te metes de lleno en un mundo y una sociedad desconocida. Acortas por el camino más vertical, directo y fácil (siempre con la misma escala, que en este caso, es el espejo del alma): de tu mano a tu boca, de tu boca a tu estómago, y de tu estómago a la sonrisa de tu boca.


Lonely Planet es una de las mayores editoras de guías de viajes. También tiene una productora de televisión. Acaba de publicar un libro, Street Food, donde recopilan las que consideran las 100 mejores recetas de comida callejera del mundo. Aprovechemos sus conocimientos y algunas de sus múltiples referencias.




La crisis aprieta, aunque el problema no es el precio de estas comidas (suelen ser económicas), sino desplazarnos a países tan diferentes y lejanos. Menos mal que siempre habrá alguna manera de consolarnos -ya conocen mi querencia por San YouTube y todas sus posibilidades-. Así que lo utilizaremos a modo de aerolínea virtual para darnos un pequeño e instantáneo recorrido donde poder conocer que se cuece en estos fogones exóticos; y cuando no se pueda, que alguien nos lo cuente. Y también utilizaremos las ilustraciones que todavía nos ayudarán más si cabe en nuestro viaje virtual. Serán nuestros salvoconductos.


I -  Balik Ekmek - Turquía



El Döner Kebab es un plato originario del oriente medio que cada vez es más conocido en el mundo (y extendido). Finas láminas de cordero, pollo o ternera, asadas en un asador vertical, metidas dentro de un pan de pita junto con vegetales, salsas, especias y demás. Para chuparte los dedos, también para pringarte. De hecho, tenía un amigo en Madrid con el que siempre iba a comprarlos a un turco en el castizo barrio de Chamberí. La idea era llevarlos de vuelta al piso para allí devorarlos, pero al final siempre los comíamos en el local. ¿El motivo de su cambio de opinión? Que no quería pringar la casa.

Pues bien, el balik ekmek es lo mismo que el döner kebab pero versión pescado. Su origen está en Estambul, cuando sus pescadores, ante la caída de los intermediaros, decidieron vender y cocinar directamente sus capturas a los hambrientos estibadores. Para ello montaron sus humeantes planchas en sus barcos junto al puente de Galata. Sigue siendo el mejor sito para comerlos, por unas 5 liras turcas (2,15 euros). Ni que decir tiene que si algún día me paso por allí seré el estibador más hambriento del mundo.



II - Elotes a la brasa - México


México lindo y querido, como no, no podía faltar. Son auténticos fuera de serie de la comida callejera y no se puede entender un especial sin sus recetas. Los elotes a la brasa no son otra cosa que las piñas de millo de toda la vida. Es como una golosina mexicana para niños y mayores, con palo y todo, a modo de chupa-chups granuloso. Sencillo pero sabroso. Carbonizan las mazorcas a la perfección  y luego las aderezan con diferentes especias, entre ellas, como no, el chile picante (ay, ay, ay mamita). En el norte se suelen preparar hervidos y en el centro y el sur a la brasa. Se pueden comer por unos 8 pesos (0,40 euros).

La conductora, Lilián Calderón, nos presenta un puesto ambulante familiar que abrió la abuelita para dar de comer  a los pasajeros del tren que pasaba justo al lado (y que sigue pasando actualmente).

Volviendo al vídeo, veremos la forma de prepararlos y comerlos. No se el lugar exacto de México, pero al ser hervidos,  intuyo que puede ser el norte. ¡No sea ranchero, y coméntele, ándele, coméntele!




III - Baozi - China



Bienvenido al maravilloso mundo oriental donde cualquier fantasía te puede sorprender, incluso en el desayuno. El boazi se come desde temprano hasta media mañana (nunca por la noche -por tradición) y viene dentro de cajas de madera. Su interior es una sorpresa y puede contener desde carne guisada a crema dulce o semillas de loto, y desde los sabores más dulces a los más picantes. Se encuentran fácilmente en cualquier puesto de Dim Sum (comida liviana) y su precio es de unos 18 yuanes (2,30 euros).

Vamos a Los Ángeles - California, a un restaurante chino, para poder ver las cajitas mágicas alimenticias (no encontré boletos  para China en ninguna Low Cost).




Pero apetece ir a oriente ¿verdad? Pues iremos a un puesto de Dim Sum en la mismísima China, que para eso nuestra Aerolínea San YouTube vela por nuestro bien, sin  falsos bajos costes que luego no lo son tanto... aunque esto más que un puesto es un enorme mercado tan largo como la Gran Muralla, donde podremos apreciar muchos más alimentos así como recrearnos la vista y salivar el paladar. El bazoi es lo que sale justo al comienzo del vídeo. Se ven las cajitas pero la sorpresa alimenticia está a la vista de los presentes. ¿Será por los extranjeros, para que no teman ser sorprendidos, propiamente dicho?

Lo dicho, bazoi y una ingente cantidad de alimentos que mi... 母親!!*  (* madre en chino tradicional).





IV - Red Red - Ghana



En este país africano podremos degustar este plato caliente, especiado, picante y muy rojo. Alubias con cebolla y chiles rojos fritos en aceite de palma rojo con gusto a nueces. Se puede pedir en los puestos callejeros y casas de comidas.  Es el plato más popular de Ghana. Se suele acompañar de koko (plátano frito salteado -en aceite bien caliente) servido en rodajas.
Esta mujer nos enseñará a cocinar el plato rojo rojo.



Ya que estamos en África, salgamos un rato a la calle de Mampong, en Ghana,  a comernos algo que parecen albóndigas gigantes. Allá donde fueres, haz lo que vieres....



África y la comida me ha recordado un documental que vi una vez. Era sobre una tribu en el mismo corazón del continente, en pleno verano, a hora punta, y con un calor brutal. Prepararon la comida y, para mi sorpresa, la comieron caliente a más no poder: les quemaban las manos y resoplaban sus bocas. Creía que sería algo más fresco. Al mismo tiempo pensé que, al ser una tribu, este hecho no sería casual sino lógico y ancestral: una suerte de inteligencia inscrita en el código genético de serie. Ese genuino instinto protector que la supuesta modernidad va perdiendo al alejarse más y más de la madre naturaleza. Aunque no se el motivo ni la explicación, digamos orgánica, de dicha situación (me quedé con la intriga).



V - Sfjen - Marruecos


El Sfjen podría ser la génesis del famoso donuts. Es un tentempié marroquí redondo, dulce y, por supuesto, con un agujero en el centro en el que cabe cualquier dedo, tanto de las manos como de los pies. Se piden en los puestos de comida (hanout) que albergan las ciudades. Se acompaña con te de menta o café con leche, y se espolvorean con azúcar o miel. Cuesta 1 dirham (0,21 euros).

Esta amable señora nos explica como se hacen. Cuenco de barro, manos para amasar, y cariño, mucho cariño.


Creo que,  en un episodio, Los Simpson fueron a Marruecos. También creo que Homer no descubrió estos puestos ni estos donuts artesanales y antiquísimos, porque si no, no hubiese parado hasta agotar existencias en todo el país. Ya sabéis como se las gasta el bueno de Homer para las rosquillas. ¡Mosquis!


VI - La Diabla - Caracas - Venezuela


No sabemos si esta comida callejera está en él libro, en caso que no sea así, debería; pero nos apetece darnos un garbeo a Caracas a probar una Diabla, concretamente a la Plaza Venezuela. Ciertamente el nombre impone. Pero tranquilos que no les faltará de nada. La diabla es una hamburguesa al más puro estilo venezolano: salsa de tomate, mayonesa, mostaza, cebolla, repollo, papas, más salsa, aguacate, tomate, carne de hamburguesa, chorizo, pollo, tocineta con huevo, y un toque final de queso amarillo rayado. Se pueden comprar por 8 bolívares.

Se preguntarán si todo eso cabe en el pan ¿verdad? Pues si que cabe. También se preguntarán si todo eso cabe en el cuerpo ¿a que si? Pues también. Hay que alimentarse bien que siempre hace falta energía. Esto es una hamburguesa y lo demás son tonterías (la mejor que he visto en mi vida).




- * El libro Street Food, en su versión inglesa, ya está en la calle (18,95 euros). La versión castellana tiene previsto salir en el mes de noviembre.



7 comentarios:

  1. Qué chula la entrada, la leo después de comer que estoy salivando jajaja

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    1. Gaveta, con lo que he tardado en responder ¡supongo que ya habrás probado de todo! (incluida comida turca y china). :D

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  2. Una entrada muy interesante, original y bien documentada...A mi ésto de la venta de comidas en la calle, no me hace demasiada gracia, la verdad...Mi buen yantar, a veces, cede ante el riesgo a una intoxicación por falta de higiene o salubridad...Y no siempre tiene por qué ser así... De hecho, en los vídeos que presentas, por lo general, se vé todo muy pulcro...Incluso ver cómo se cuecen las "albondigas" resulta apetitoso..., y el "plato" donde se las comen no difiere mucho del que utilizamos nosotros para comer el pescaito frito o unos churros...Además si a ellos les sienta bien por qué no a los de fuera ???? ( No sé si me he autoconvencido lo suficiente, no sé )...

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    1. Monni, en mi caso particular, me encantan las comidas callejeras, tengo la sensación que me estoy comiendo un trocito de esencia de la región en que me encuentre, y me encanta juntarme en esos ambientes populares; si veo un puesto es como si tuviera magnetismo hacia mi. Y luego, soy muy desprendido en ese aspecto. Creo mucho en las frases “allá donde fueres, haz lo que vieres” y “lo que no mata no engorda”. Tampoco como en cualquier sitio si me da reparo eh. Pero mi experiencia personal es gratificante, nunca he tenido problema de algún tipo.

      Hace unos días me encontré con un artículo que hablaba sobre consejos para eso mismo, tener cuidado con la comida de los puestos callejeros. Lo empecé a leer y me aburrí y no lo terminé. Me dije ¿pero si cuando llegue a un puesto y me apetezca comeré y ya? Y no digo que no estén bien los consejos, pero para mi no es algo tan importante, en el momento ya sabe uno actuar por instinto.

      Es cuestión de personalidad. Para mi es como la música o la literatura. Te puede gustar una banda u otra, pero a nadie le puedes decir: “te tiene que gustar esta”. De hecho, he estado en lugares con grupo de amigos y ser el único que le mete mano a la comida callejera. Y te digo, yo siempre respeto ese hecho, porque sé que es algo que tiene que nacer de uno. Pero al mismo tiempo no voy a dejar de probarla.

      Y luego hay países y regiones. México es un ejemplo. Los mejores tacos se comen en los puestos ambulantes. No es que no te puedas comer un buen taco en un restaurante, pero tienen mucha más tradición los puestos, hay una rivalidad sana y las familias tienen sus favoritos (y hay miles y miles de puestos). Considero que ir a México y no probar los tacos ambulantes es perderte algo importante, ¡y muy sabroso! Hay países similares en ese aspecto.

      Has dicho algo muy interesante que me ha hecho reflexionar. Nunca lo había visto desde ese enfoque: nuestras propias comidas; los churros por ejemplo. En las fiestas te ves una gran olla de aceite caliente de la que hay toda clase de leyendas. Te los sacan todos pringosos y te lo comes como si nada, con el vaso de vino detrás. Supongo que habrá gente de fuera que lo mirará con cierto reparo. Eso nos hace pensar que la costumbre y familiaridad es un antídoto contra los escrúpulos.

      De todas formas, acabo de tener una idea, aunque no creo que haya descubierto nada. Cuando estás fuera, si ves un puesto que está lleno de gente lugareña, pues sin duda, es buen síntoma.

      No me quería extender tanto, pero el tema de las comidas callejeras me encanta, más comerla que hablarla, ¡pero ambas igual de necesarias! Si comes, lo contarás; si lo cuentas, ¡es que lo comiste!

      Gracias por tu comentario. Saludos.

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  3. Ha venido "ella"
    Monniiiiii, me alegro de verte por aquí ;-)

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  4. Pasamos ya de 1000 visitas Sr Galván :D

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