jueves, 9 de agosto de 2012

Libros, libros, libros, hasta 10 veces

Decálogo de 10 libros que considero imprescindibles.

Los finales de año (y principios) me gustan especialmente, culturalmente hablando. Es una época en que diferentes revistas especializadas, blogs,  programas de radio y televisión proponen lo mejor del año. La palma seguramente se la lleva la música, que es la más comentada: las mejores canciones, las mejores bandas, los mejores discos internacionales, nacionales...Aunque también surgen listados de cine, documentales, libros... Es la excusa perfecta para hablar de cultura, para recapitular y recordar  y para aprender. Hay personas que se lo toman en serio y tienen unas discusiones de agárrate y no te menees. Yo no me las tomo tan en serio. Quiero decir, me interesan las listas pero más para sacarle el beneficio propio que para discutir. Al final siempre son subjetivas (obviamente), aunque cuando son votaciones masivas todavía hay más unanimidad (supuestamente es más democrático). Una manera de descubrir buenos discos que se te pasaron, o canciones, o recordar cosas que tenía algo olvidadas; una manera de documentarte. También es una manera de reafirmarte. Cuando aparece un disco que te gusta mucho inconscientemente piensas "ya decía yo que era bueno...". Si no sale más bien lo que piensas es "¿pero como se les olvidó?".


El verano, como hemos comentado alguna vez, es la estación propicia para la lectura. También surgen algunas listas de libros. Círculo de Lectores ha hecho una. Círculo de lectores me ha producido muchas satisfacciones. Muchas de las mejores obras me las he leído gracias a ellos. Con Círculo aprendí que la lectura es como la comida, en el sentido de que entra por los ojos. Sus ediciones son muy buenas, muy cuidadas, dirigidas por especialistas, con introducciones y prólogos impecables. Además, es una forma de obligarse a leer, en el buen sentido de la palabra. No se como estará ahora, pero antes tenías que comprar un libro cada dos meses o tres. A menos que estuvieras suscrito a alguna colección (yo suelo estar suscrito a alguna), que en ese caso te la van suministrando cada dos meses. Algunas de sus colecciones son maravillosas. Y luego está el tema de los clásicos. Lógicamente editan literatura contemporánea, pero tienen especial dedicación y cuidado de suministrar buenos clásicos, y les digo, con una presentación que es como un idílico mar en calma en un caluroso día veraniego: dan ganas de tirarse de cabeza. Cuando alguna vez me han preguntado que me parece para que alguien se apunte, siempre digo que si. Hay mucho más que ganar que perder. Eso no quita que puedas ir a una librería. Aun así, prefiero estar apuntado a Círculo. Con dos barajas se juega mejor.
 
Como decía, Circulo de lectores ha propuesto un juego a 8 escritores latinoamericanos: conformar un decálogo con las 10 obras que consideran imprescindibles. No es algo fácil, hay muy buena literatura, al final eligieron 72 obras diferentes y solo coincidieron en 8 títulos. Algunas listas me gustan más que otras porque salen más libros que conozco, algunas de mis novelas favoritas. Es complicado, como suelo decir, es corto nuestro camino y muchos los buenos libros, hay que seleccionar, pero inspirado en este juego de Círculo de Lectores, voy a crear mi propio decálogo. Hay que tener en cuenta que es una lista personal, libros que me he leído y que en algún momento me aportaron mucho, o me fascinaron como cometas sobre la colina cuando eres niño. Me da un poco de miedo, se que me dejaré buenos libros por detrás, pero de eso se trata, de seleccionar, así que será un decálogo en toda regla, ni uno menos ni uno más (por lo menos con 10 se puede uno desquitar). Por descontado  animo a quien quiera a poner su lista personal.


1 - Don Quijote de la Mancha. - Cervantes.

Este libro me lo leí con 23 años. A veces tengo la sensación de que me lo leí con la edad perfecta. Por descontado que cualquier edad es buena, pero considero que no lo hice ni muy joven ni muy mayor. Lo digo porque a veces he hablado con personas que se lo leyeron demasiado jóvenes, por obligación (por temas académicos) y no siempre lo comprendieron, o no les llenó, o directamente no les gustó,  algo para mi inaudito, pero ya se sabe que la obligación, como las prisas,  no suele ser buena consejera.

Recuerdo perfectamente como decidí leérmelo. Estaba tirado en el sofá de mi casa una tarde de verano viendo la televisión. Telecinco concretamente, las noticias. Es curioso, porque hay una página en las redes sociales que se llama "cada vez que pongo Telecinco un libro se suicida". En aquella época no, por lo menos a mi me animó para leerme al gran Cervantes. El caso es que comentaban sobre El Quijote, sumamente interesante. De pronto miré la librería de mi padre, y justamente debajo del televisor estaba el tocho mocho de Don Quijote: una edición especial de ediciones Océano (versión numerada -con su matrícula y todo- e ilustrada por Gustavo Doré), con las dos partes, tal como lo transcribió Cervantes: en castellano antiguo. Lo miré y me dije: ¿te atreves? Bueno... más bien era el propio libro el que me tentaba: "léeme...", parecía decirme.

Fue toda una experiencia. Al principio me costaba con el castellano antiguo, iba lento, retomando, mirando el diccionario (algunas palabras ni siquiera venían). Así fue en la primera parte; en la segunda ya leía de carrerilla. Comprendía el castellano antiguo. Y lo hablaba. A veces con los amigos me tenía que reprimir, me venía a la mente vocabulario clásico, eran palabras que estaban bien empleados, pero claro, podría quedar como un pedante, o un iluso (un poco quijotesco). Cuando estaba con algún amigo de confianza si me soltaba más.

Es con el libro que más me he reído en mi vida. Es para morirse. Las risas resonaban en toda mi casa, mis padres pensaban que me había vuelto loco (volvemos al Quijote, parecido a su locura con los libros de caballería). Se lee muy bien, me sorprende el respeto, incluso temor, que le tiene mucha gente para meterle mano. Es verdad que es un libro extenso, pero puedo asegurar que se lee perfectamente, y fácilmente.

Fue fascinante, mientras lo leía tenía la sensación de estar leyendo un libro muy especial: un libro de libros. Antes de hacerlo pensaba que solo trataba sobre El Quijote y Sancho Panza, pero es mucho más: cuentos, poemas, y más y más historias (hay un cuento que no se me olvida: El Curioso Impertinente; tiene mucha moraleja y enseñanza). Desde ese día pensé en la típica cuestión de ¿Qué libro te llevarías a una isla desierta? Y ya no tuve dudas.  El Quijote.
Por eso puedo comprender la frase que dijo Unamuno (y que me gusta mucho): "Don Quijote es la biblia de todos los españoles, y Cervantes nuestro Dios". Fueron muy polémicas esas palabras en su momento (creo que hoy en día lo serían igualmente). Para algunos un sacrilegio. Pero básicamente estoy de acuerdo. Quiero decir que debería ser un libro sagrado para todos los españoles. Hay personas que tienen un dios divino, otras personas tenemos dioses humanos. Para mi Cervantes es como un dios. Sus enseñanzas son tan vastas como iluminadoras.


2 - Mansfield Park.- Jane Austen.


Algunos saben de mi querencia por Jane Austen. Una de mis diosas de mi santoral particular. I love Jane Austen sería mi lema. Nunca he visto una camiseta con esa frase, pero cualquier día me la creo yo mismo, y con algún dibujo alusivo, la porto para proclamar mi amor incondicional. Hay quienes llevan camisetas de deportes, de estrellas de la música o del cine. ¿Porqué no sobre nuestros ídolos literarios?


De Jane Austen me cuesta elegir una novela, de las 6 que escribió casi podría elegir cualquiera de 4. Me considero más de obras que de autores, algún día iremos sobre ello porque creo que literariamente, y a grosso modo, existen dos categorías humanas, dos divisiones: autores y libros. Yo soy más de lo segundo, pero eso no quita que tenga mis debilidades. Jane Austen es una de ellas, sin duda. Por eso mismo elijo Mansfield Park, porque fue la primera que leí y la que me abrió las puertas del maravilloso universo austeniano. Cuando la terminé, sabía que tenía que leerme su obra completa. Y me dispuse para ello: me agencié todas sus novelas; por el camino también han caído otras obras, como una novela epistolar poco conocida y sus escritos de niña y adolescente. Tengo en mente otro libro, algunas de las cartas que le envió a su hermana Casandra, es la parte personal que se conserva de ella. Aunque ahora mismo, que yo sepa, no queda material editado en español. Me encantaría ver esa faceta suya más personal, algo me dice que tienen que ser cartas muy divertidas.

De Jane Austen admiro su capacidad para mostrarnos los personajes por medio del diálogo. Pienso que tenía un don para ello, creo que en nadie he visto esa capacidad. Realmente es alucinante, los escuchas hablar y los vas conociendo, con sus grandezas y miserias. Dicen que somos palabras, que somos lo que hablamos, con Jane Austen esto cobra vital importancia. También me hace reír mucho. Hay quien la considera aburrida. A mi me pasa todo lo contrario, me provoca la sonrisa, tenía una ironía muy sutil, y un humor muy divertido.

Una de las primeras referencias que tuve de Jane Austen fue por el escritor Vladimir Nabokov. Me agencié un libro suyo basado en sus clases magistrales en universidades de EEUU: Curso de literatura europea. Ahí exponía sus conocimientos sobre alguna de las mejores obras europeas. Su mirada casi científica sobre la creación literaria. Es curioso porque en un principio no le tenía mucha estima a Jane Austen, pero al final no le quedó más remedio que rectificar (ya se sabe que rectificar es de sabios, y sin duda Nabokov lo era) y rendirse a sus encantos.  Finalmente eligió Mansfield Park para estudiarla y desmenuzarla. Entre otras cosas comentaba, que de las obras de Austen, es la trama más compleja, la comparaba con una tela de araña (arácnida en sus propias palabras), de alambicada que es, un juego de ilusiones que van y vienen. Su personaje principal, Fany Price, posiblemente sea la menos rebelde de todas las que creó Austen, la más sumisa, una especie de Cenicienta, pero es tan honesta y tan leal que es imposible no adorarla. Fiel por principios y por naturaleza. Fiel hasta las últimas consecuencias. ¿A quien no le gustaría tener una chica así?

A día de hoy he dado un giro completo a la obra de Jane Austen como suelo decir. O sea, me leí sus 6 novelas. Completé el círculo virtuoso. Tenía muchas ganas de releerme Mansfield Park pero quería ir por partes, poco a poco y completar su obra. Ahora volveré a darle otro giro. A releerme otra vez sus novelas. La primera será de nuevo Mansfield Park. Ardo en ganas, de momento a esperar y a buscar el mejor momento. Esa relectura hay que saborearla.

3 - La Cartuja de Parma. - Stendhal.


Otra de mis querencias naturales. De Stendhal admiro su capacidad para contagiarte pasión y alegría, para sentir que la vida merece ser vivida, para recordarte que la vida y el amor es un juego: a veces se gana y a veces se pierde; pero lo importante es participar e intentarlo, no quedarte con las dudas ni las ganas.
Una de las pocas novelas que repiten en los listados de los diferentes autores consultados por Círculo de Lectores, es Rojo y Negro de Stendhal. Me parece una gran novela, pero también me parece curioso que haya tanta unanimidad al respecto, casi nadie pone La Cartuja de Parma, y para mi gusto es superior. Sabiendo que las dos son dos grandes novelas, dos clásicos. Eso hay que tenerlo en cuenta.


Otra cosa que me impresionó de Stendhal, la primera vez que me lo leí, es la capacidad de empatía que te otorga, que te provoca. Sabía que también era cosa de la edad, pero sin duda él te lo resaltaba, te daba el conocimiento, casi de una forma implícita, subliminal. Me anticipaba a los deseos de los demás con suma facilidad. Una especie de altura moral pero humilde, sin perder los pies de la tierra, aunque casi levitaba. Al mismo tiempo pensaba que grande es Stendhal por provocarte tantos y tantos buenos sentimientos.


4 - Cumbres Borrascosas - Emily Brontë

Uno de mis libros de cabecera en el más puro sentido de la expresión. Me lo he leído tres o cuatro veces (creo, ya perdí la cuenta). Edición que veo y no tengo: me la agencio. Tengo algunas muy bonitas, incluso con ilustraciones. A día de hoy, todavía me cuesta comprender como se puede escribir semejante obra con tan solo 26 años. Pareciera que tendrías que tener más edad para parir algo así. Pero así son los genios. Emili Brontë lo era. Una pena que se nos fuera tan pronto (no llegó a los 30), pero así se escribe la historia, por suerte le dio tiempo a dejarnos un legado inmortal. También está considerada una de las mejores poetas en lengua inglesa. No dejó mucho material pero dicen que su poesía es sublime. Yo he leído algún poco de la misma.  Y de Cumbres Borrascosas que decir.


Nunca he querido ver ninguna película sobre Cumbres Borrascosas. Normalmente no tengo problemas: he visto películas y luego leerme el libro incluso, y viceversa, por supuesto. Pero tengo tan idealizada esta obra, que me cuesta ver otra interpretación que no sea la propia de Emily. Van pasando los años y ya casi desisto de ello.

Considero a Cumbres Borrascosas posiblemente la obra cumbre del romanticismo. Lo tiene todo: celos, pasión, odio, venganza, tinieblas, muerte, dolor... No es una novela técnicamente hablando, es un romance. La diferencia es que los sentimientos están elevados a la enésima potencia, vuelan por libre, están personificados de tangibles que son. Pasa algo curioso con Cumbres Borrascosas. Está lleno de sentimientos encontrados y dolorosos, una marabunta de pasión; los momentos de luz y paz son muy pocos y breves; por eso mismo cuando ocurren son maravillosos, de una serenidad y calma reconfortantes a más no poder. Hasta la paz es tangible en este romance.


5 -  Viaje al fin de la noche. - L. F. Céline.

Una de las novelas más turbias y oscuras pero al mismo tiempo más fascinantes que me he leído. Céline fue un médico francés que escribía como los dioses. Su estilo era sucio y descarnado, utilizaba mucho la jerga, pero de una forma magistral. Viaje al fin de la noche es un descenso a los infiernos en toda regla. Con muchos tintes autobiográficos, cuenta la vida del propio Céline después de la I Guerra Mundial (donde participó como soldado y le marcó de sobremanera). Una huida, una evasión a África, luego a América (Nueva York), un regreso a Francia para ejercer de médico en unas condiciones lamentables en un humilde barrio de París. La novela se publicó en 1932. Una época muy complicada, una década después de la I Guerra Mundial, el Crack de 1929 estaba reciente, la antesala de la II Guerra Mundial que estaba por venir. Una de las novelas precursoras del existencialismo posterior. Es una novela oscura y pesimista, pero merece ser leída, es antológica.

Céline arrastra un estigma. Se dice que llegó a ser pro-nazi y antisemita. Realmente fue víctima de sus propias contradicciones ideológicas: aceptó en algunos aspectos la ocupación alemana. Yo aquí lo tengo claro, antepongo la obra al autor, a su vida y a su ideología. ¿Qué preferiría que los supuestos valores morales fueran los más altos posibles? Seguro, pero ahí pintamos poco. Nunca dejaría de leerme un libro por supuestas ideologías. Lo que me interesa es la obra, eso es realmente lo importante. Tampoco me gusta juzgar a nadie. En el caso de Céline participó en una cruenta guerra. Yo que se que demonios pasa ahí (por suerte). Supongo que te cambia de por vida. Supongo que el mismo tendría que lidiar con sus demonios interiores. Hay personas que si que dan para atrás y renuncian a leer una obra por el tema de la ideología del autor. Lo respeto pero no lo comparto. Creo que es un error. El ejemplo es Viaje al fin de la noche de Céline. Nunca dejen de leérsela si caen en vuestras manos. Es mi humilde consejo.


6 - Platero y yo. - Juan Ramón Jiménez.

Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Así comienza este maravilloso poemario en prosa. 138 preciosas estampas para degustar poco a poco. La buena poesía es como los mejores perfumes, viene concentrada y su esencia es para dosificarla. Pinceladas de Platero y Moguer.  Pinceladas de un burrito tan tierno como adorable. Pinceladas depuradas de la infancia de nuestra vida, esa que dicen que es la patria de las personas.
El burro es uno de mis animales favoritos. Quienes me conocen saben que me desvivo y me pongo como loco cada vez que veo uno donde quiera que sea (no son tan fáciles de ver). Siempre que puedo les tomo unas fotos. Interiormente yo se que le debo mucho por ello a Juan Ramón Jiménez y su Platero. Fue tanta la pasión cuando me lo leí que pensé que si pudiera, en vez de tener un perro, tendría un burro como mascota. Algo para mi imposible, pero el sentimiento estaba ahí. Tan lindo y tan tierno Platero.


7 - Alicia en el país de las maravillas. - Lewis Carroll.

Otro libro fetiche para mi, y que colecciono. Edición que veo, zas, para la saca. Las hay muy pero que muy bonitas, con bellas ilustraciones, algunas realizadas por grandes ilustradores.
También es uno de los libros que más me he releído. Me parece tan genial como disparatado. Aunque en el fondo es muy lógico. Lewis Carrol era matemático, y ese detalle se nota en muchas fases del libro, porque todo tiene una lógica aplastante aunque pueda parecer lo contrario. Un maravilloso elenco de personajes, empezando por Alicia a quien está dedicado (Alicia Liddell, hija del decano del colegio que tenía entonces 11 años. Junto con sus dos hermanas, Carrol les llevó a dar un paseo en barca, y para hacer más amena la excursión, les contó un cuento: las sorprendentes aventuras de una niña llamada Alicia -de ahí luego surgió el libro: que el propio Lewis Carrol le regaló a Alicia en lo que fue la primera edición escrita por su propia mano e ilustrada también por él mismo). Como decía, un maravilloso desfile de personajes: Alicia, el Conejo Blanco (siempre con prisa), el Sombrerero Loco, El Gato de Chester, que desaparecía pero permanecía su sonrisa (se dice que era el propio Carrol que vigilaba a Alicia para que nada malo le ocurriese), la Reina de Corazones ("¡que le corten la cabeza!"), la oruga sabia que fumaba con parsimonia en cachimba...

Alicia en el país de las maravillas la considero una novela corta, no un cuento (tiene algo más de 100 páginas). No me parece un libro fácil, por eso no veo tan bien que se ofrezca para leer a los niños, en todo caso un cuento adaptado, o películas de dibujos animados. Pero Alicia es una obra compleja, hay que tener cierta edad para leerlo, al menos esa es mi opinión.
Su legado e influencias son muy importantes, llegan a nuestros días, yo lo noto en películas de animación, por ejemplo, pero no solo occidentales, sino incluso orientales. Y en muchos más detalles y situaciones, a veces muy sutiles. Alicia en el país de las maravillas, una de las obras más universales.


8 - El Diario de Ana Frank - Ana Frank.

No es una novela sino un diario, pero es un libro muy importante para mi. Un libro duro, también triste, pero de mucho valor, con mucha enseñanza. Una de las mayores denuncias de la 2ª Guerra Mundial y del horror nazi. Ana Frank lo escribió mientras estaba escondida, junto a su familia y otra más, en una buhardilla de Amsterdam, desde los 13 a los 15 años. Un testimonio tan fuerte como perdurable, un testimonio para la eternidad (ojalá que si).

Siempre me impresionó la madurez con la que escribía Ana Frank. Se dice que las chicas maduran antes, también una situación límite como la guerra te hace madurar más pronto si cabe. Una verdadera lástima, parte de una infancia robada. En el caso de Ana Frank es más trágico todavía. Yo recomiendo a cualquiera a leer su diario, adultos de todo tipo y condición. Personalmente aprendo mucho con ella, su visión joven pero al mismo tiempo madura te hace pensar, le da un enfoque, digamos, más puro. Por ejemplo, ella nunca quiso renunciar a ser alemana, es más, no entendía porque la querían convertir en una apátrida, a fin de cuentas ella era nacida y criada en Alemania (concretamente en Francfort), de cultura alemana, pero su condición de judía se lo impedía (más bien le impelían). Aún así ella decía que mucha gente les ayudaba, y que no todos eran malos. Provoca mucha reflexión su mirada.
Ana Frank personificó su diario y le dio un nombre, Kitty. No solo se limitó a comentar hechos, sino que lo convirtió en su paño de lágrimas, en su motivo de alegría, en su válvula de escape, en su confidente mayor. En el diario cuenta todas sus inquietudes, angustias e intranquilidades.
Ana Frank quería ser escritora, y lo consiguió. Ana Frank murió pero su diario no lo hará nunca.
Me he querido acercar tanto a la figura de Ana Frank que incluso me compré una biografía suya, escrita por la mayor especialista del mundo, la británica Carol Ann Lee. Un auténtico estudio del tema, muy documentado, muy buena biografía.

Si alguna vez voy a Amsterdam por supuesto que querré ir a su casa museo, a la buhardilla donde vivió escondida dos años. Por cierto, hace poco murió el árbol que había justo debajo, el árbol que veía a través de la ventana y que tantos sentimientos de libertad y naturaleza le provocaba. Cuando me enteré de la noticia tuve una sensación extraña, la de conocer ese árbol y que no había muerto un árbol cualquiera, sino al que tanto cariño le tenía y que pude conocer gracias a ella,  y que le sobrevivió... casi 70 años más (quizás los mismos años de más que tenía que haber vivido Ana). Todo un testigo, un compañero, un testimonio de lo que ocurrió y nunca más debería ocurrir.


9 - Las Vírgenes Suicidas. - Jeffrey Eugenides.

Seguramente es el libro que más rápido he devorado nunca. En un día. Y es que era el día perfecto para ello, aparte de que la novela es adictiva. Estaba enfermo en la cama, pero con el punto perfecto para leer: ni tan malo que me lo impidiese, ni tan bueno para estar levantado. Así que a leer la novela que tenía pendiente. Las Vírgenes suicidas es una novela contemporánea (1993), a cargo del escritor estadounidense Jeffrey Eugenides, de ascendencia griega. Su ópera prima. Vaya manera de comenzar una carrera. La novela me parece muy original,  misteriosa y asombrosa. Trata la historia del suicido de 5 hermanas adolescentes en poco tiempo. Los jóvenes que lo vivieron, ya personas maduras, se reúnen y tratan de recomponer la historia para buscar el porqué del enigma. Cinco hermanas tan bellas como inaccesibles, por las que sentían fascinación, pero que tenían una madre ultra religiosa que las reprimía y no les dejaba salir con chicos. Una casa llena de densa femineidad enclaustrada.

Comencé a leerla a las 8 de la mañana y ya no pude parar. Un pequeño receso para cenar allá a las ocho de la noche y a continuar, la acabé a las 5 de la mañana aproximadamente. Lo dicho, me pareció tan original como adictiva: la estructura, la historia, el enigma. Realmente muy lograda.


10 - Lolita. - Vladimir Nabokov.

Una novela que devoré en verano. Tan adictiva como prohibida, tan fascinante como impúdica. Recuerdo que estaba tan enganchado que casi me agarro una insolación en la playa. Fui con unos amigos y me llevé el libro. El sol pegaba con fuerza pero yo no me desprendía de él. Mis amigos me exhortaban para que me metiese en el agua y me refrescase, estaba bañado en sudor, pero no me podía despegar del libro.
Como sabrán la novela fue polémica en su momento (1955), incluso tachada de pornográfica. Aunque no creo que llegue a tanto. Está escrita magistralmente, con un dominio del lenguaje portentoso, y con muchos cultismos (muchas frases y palabras en francés). Y no deja de ser elegante, contada con mucha clase, muy alejada de cualquier vulgarismo. La novela está escrita en inglés y fue prohibida en Inglaterra y Francia. Hasta tres años más tarde no pudo publicarse en EEUU. Luego el propio Nabokov la tradujo al ruso. También dominaba el francés.

Aquí también lo tengo claro. Para mi la literatura es ficción, creación. Me sumerjo en una obra, por tremebunda que pueda ser, y ya luego cuando dejo el libro vuelvo a la realidad. No creo que esté bien confundir ficción con realidad.
La novela está considerada erótica, para algunos de amor. Eso es más discutible y cada uno tendrá su opinión. Para mi es un clásico en toda regla. Humbert Humbert, un hombre maduro, está enamorado de una púber, Dolores, que cariñosamente la llaman Lo o Lolita. Podemos dudar si eso es amor o es psicopatología, pero a su manera Humbert la ama. Aunque es más la imaginación que otra cosa lo que le lleva a ese deseo de poseerla. A fin de cuentas Lolita es una primera adolescente con toda su inmadurez, algo de lo que te das cuenta al leer la novela. También es una crítica a la sociedad, la indiferencia es quizás la forma más refinada de crueldad. También es algo latente. Sobre todo en las sociedades más individualizadas, donde cada uno va a lo suyo y se preocupa muy poco por el prójimo.


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Hasta aquí mi lista de 10 libros imprescindibles digamos de mi vida. Me he dado cuenta que me he dejado algunos en el tintero, algo lógico por otra parte; normal, imposible poner todos los que me han fascinado. Pero no es mayor problema, quizás en un futuro hagamos otra lista de 10 títulos literarios, la lista B de los que algunos pueden pertenecer a la lista A.

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