viernes, 22 de septiembre de 2017

Warpaint + Rosalía en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), gran combo: art rock americano + flamenco español


El sábado 1 de julio lo tenía marcado en rojo en el calendario. Ese día por fin vería a mis admiradas, idolatradas y adoradas Warpaint, la banda de art rock angelina, una súper banda en mi personal concepción de la música. 4 amigas talentosas que se juntaron para hacer lo que más aman, con clase, innovación y exuberancia, repartiéndose perfectamente los roles como buenas mosqueteras.

Prefería verlas en algún concierto exclusivo, en algún teatro, pero a España solo venían a festivales, así que finalmente me decidí por el que creía reunía mejores condiciones por entorno y tranquilidad. Vida Festival, a celebrarse en Vilanova i la Geltrú, un pueblo costero de Barcelona, en una masía, dentro de un entorno natural, durante el fin de semana del 29 y 30 de junio y 1 de julio. Compré entrada solamente para el sábado, y allá que me fui.

Decidí quedarme en Barcelona capital, al lado de la estación Sants, llegué el viernes por la noche. Desde esa estación tomaría un tren el sábado a mediodía que me llevaría a Vilanova, como dicen en Barcelona, aunque me gusta tanto su sonoridad, que yo suelo decir el nombre completo: Vilanova i la Geltrú. Tras la fiesta regresaría al punto de partida. El alojamiento en Barcelona es caro, así que me alojé en un albergue, habitación compartida de 7 literas y 14 camas. Lo que pierdes en intimidad, en comparación con un hotel, lo ganas en calidez, hay gente de todos lados del mundo y mayor convivencia. Me adapté rápidamente.


El sábado a mediodía me subí en el tren de cercanías, tardaría unos 45 minutos en llegar. El tren iba atestado de gente, muchos iban de pie, yo incluido, con billetes sin asiento. Las vías transcurrías cerca del mar, en muchos momentos pasando literalmente a su lado, atravesando diferentes poblaciones. En Stiges se bajó medio tren, todo el mundo a la playa con sus chanclas y toallas. Finalmente llegué al destino. Desde ahí tomé un autobús de la organización que nos dejaba a la puerta del recinto. Estaba en la parte alta del pueblo, dentro de una masía.

Cuando entré no me pudo gustar más. Era un festival mixto. Me explico. Había un terraplén enorme, ahí había dos grandes escenarios confrontados, el de los grandes grupos. Luego pasabas bajo un arco y estabas en medio de un bosque, con 3 escenarios íntimos. Tenías una zona de multitudes, y otra más recogida. En general se estaba bien, había público pero no era tan agobiante como ciertos macrofestivales a los que he ido. Y como he dicho, siempre tenías la posibilidad de elegir ambiente.

Rosalía


Estuve viendo diferentes actuaciones pero lo primero que realmente reclamaba mi atención era Rosalía, que casualmente había descubierto hacía poco, fue una alegría verla en el cartel y que coincidiera el sábado que yo iba. Rosalía tiene 23 años y es de Barcelona. Canta flamenco y lo hace con estilo y personalidad, suena clásica pero al mismo tiempo moderna, incluso rompedora.


Tras ver este vídeo, me quedé noqueado. No sabía bien que era. Si, yo detectaba el flamenco, pero había algo más que lo hacía irresistible, una transgresión controlada. Ni que decir tiene que rápidamente me enamoré de su música así como de su preciosa y maravillosa voz.

Rosalía tiene una historia curiosa y bonita. En su familia no hay nadie relacionado con la música ni con el flamenco. Cuando tenía 13 años, estando con su grupo de amigos en un parque, escuchó sonar en un coche a Camarón de la Isla. Y tuvo un flechazo. Se metió en la escuela de música a estudiar y profundizar en el flamenco. Solo cuando lo ha tenido claro, a sus 23 años, ha lanzado su disco debut. Quienes le conocen dicen que tiene las ideas muy claras y el don de la paciencia. Además, tiene otro don, va a atraer mucha gente que no es del flamenco, gente de todas las edades pero especialmente jóvenes.




Su voz es poesía, encandila hasta hablando. Da gusto escucharla. Se expresa muy bien y tiene discurso.


Crónica

Fue un concierto que no olvidaré, en la barca del Vida (una barca que hacía de escenario), en un entorno idílico, en medio de un pinar, atardeciendo... estaba viendo a los aragoneses My Expansive Awareness, en La Cabana, me estaba gustando, un rock psicodélico compacto y robusto, pero tenía impaciencia, 20 minutos antes fui a la barca y joder, estaba lleno, había una expectación tremenda, por suerte conseguí ponerme más o menos cerca, de pie justo detrás de la última fila de sillas. Había bullicio pero cuando salió Rosalía y empezó a cantar, se hizo el silencio, y el silencio duró todo el concierto, solo interrumpido por las salvas de aplausos cada vez que acababa una canción, y el trinar de los pájaros que parecían querer competir con ella. Es increíble lo bien que canta esa chica, y la capacidad para emocionar que tiene, a mí me tuvo con el nudo en la garganta todo el rato. Es curioso, había momentos que me parecía estar viendo una estrella del flamenco de los años diez o veinte del siglo pasado pero versión moderna. Esta chica, aparte de talento, tiene aura de estrella, es una elegida. Con el guitarrista, Räul, un guitarrista heterodoxo, la fórmula funciona. Rosalía tiene una voz privilegiada, aparte de técnica y sentimiento, canta con el alma. De vez en cuando miraba hacia atrás, se perdía la gente en el bosque, había familias, niños,  extranjeros, nacionales, gente de diferentes edades, todos reunidos en torno a Rosalía, y que silencio había, respetuoso y sentido, allí se respiraba arte. Rosalía es una artista muy grande. De hecho, alguien lo exclamó, entre canción y canción atronó un sonoro "¡eres muy grande"!". Ella se intento quitar mérito, señaló a Räul, pero era una opinión compartida, quien quiera que lo dijese, habló por todos.


Warpaint




Lo siguiente que reclamaba mi atención era la banda californiana, y tanto, había ido allí solamente por ellas, era el principio y fin de mi viaje

Crónica

Horas antes, mientras paseaba por el Vida,  solo tenía la cabeza en el concierto. La paranoia iba a más, escuchaba guitarras y me sonaban warpianas, pensaba que estaban ensayando y cosas así. Hasta una chica que pasó de lejos se me pareció con Theresa. El señor de Barcelona que conocí en un canal de fans, me dijo que había fallecido su madre y que disfrutara por él. La verdad es que me dejó tocado, me daba pena por él, aparte que me hacía ilusión vivir el concierto juntos. Justo cuando acabó el concierto del grupo que tocó antes, fui al escenario, una hora y media de antelación, y pillé sitio, centrado y primera fila, agarrado a la valla. Al lado mío había una chica de Barcelona, muy fan, me dijo que ya las había visto una vez en Madrid. Por el lado derecho todavía no tenía a nadie, y de pronto apareció un hombre, lo reconocí, aunque no lo conocía físicamente, era el fan amigo. Qué alegría, primero le di el pésame, por supuesto, me dijo que la mujer y la hija le habían dicho que fuera al concierto. Estaba con unos amigos, uno de ellos también era fan. Nos pusimos a esperar. Me gustan estas experiencias fans. Apareció un fotógrafo por cuenta propia, no de la organización, y se puso en medio, empezamos a bromear pero ese tipo de bromas dichas medio en serio para que no se pusiera allí, el caso es que me noté hasta violento, pasarían por encima de mi cadáver antes de quitarme el sitio. Al final se dio cuenta que allí no pintaba nada y estaba mejor en segunda línea, no era fan. Y aparecieron Warpaint en escena. Primero fue la sintonía, que emoción, ya luego salieron y que recital. Tienen un nivel bárbaro, como bajan y suben las canciones, como se compenetran y armonizan, como despliegan su talento, el amigo fan y yo bailamos algunas canciones abrazados, hasta con la chica de Barcelona lo hice. Esto me recuerda una anécdota. El fotógrafo me preguntó si ella era mi novia,  y le dije que no pero que algunos noviazgos comienzan en un concierto al conocerse fans. El colega y yo comentamos cosas, típicas cosas de fans, esta es tal canción, mira lo que le meten ahora, atento a tal instrumentista... Aunque poco, yo estaba concentrado y no quería perderme nada, no sabía a donde mirar, quería observarlas a las cuatro, e intentaba repartir. Es un espectáculo verlas desenvolviéndose en directo desde la posición privilegiada desde donde lo hacía yo. Son diosas, musas, fenómenas. Aparte de talentosas, se les nota mucha personalidad. Una de sus cualidades es que todas son muy expresivas con sus instrumentos, cada cual desarrolla sus habilidades y su inspiración pero son capaces de armonizarlo perfectamente para un bien común. Puedes disfrutarlas como conjunto pero a cada una de ellas también. Incluidos los coros. Todas cantan y hacen coros. Maravillosos coros. Tienen un sonido muy especial, de los más hermosos que he escuchado nunca. Sonido Warpaint. Lo considero inimitable. Cuando me fui a dar cuenta, acabó el concierto, se me pasó volando, 60 minutos. El amigo me preguntó que tal, y yo le dije, genial pero necesito más. El amigo se fue para su casa, por lo de su madre solo había ido al concierto. Reconozco que luego me dio una bajona, de pronto, ya no pintaba nada en el Vida, mi aliciente se había terminado, pero la estación de tren no abría hasta las 3:30. Por suerte, una hora después aproximadamente, comencé a mejorar y me agarré la fiesta, llegué de día al albergue. Había que celebrar el concierto de Warpaint por todo lo alto.


El comienzo del concierto fue parecido a esto, que sucedió solo un par de semanas antes.


Este vídeo me gusta mucho. Es el comienzo de un concierto suyo de su última gira en Dublín. Es aficionado pero tiene buen sonido y se puede vivir toda la locura fan del ambiente, casi tocar. Ojo al cambio de canción que hacen sin parar la música.


Beetles, un grandioso tema de uno de sus discos anteriores. En Glastonbury 2017.


The Stall, otra buena canción de su último disco. En Glastonbury también.


 Whiteout, uno de mis temas favoritos de su último disco.



Love is to Die, una hermosa y sensual canción de uno de sus discos anteriores. Aquí Theresa se mete en su mundo. Desde el festival Nos, en Portugal.


Intro + Keep It Healthy. Dulce melancolía. Desde Portugal también.





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